Cómo realizar una auditoría básica de desperdicio de energía en tu planta

Es frustrante saber que tu empresa probablemente esté desperdiciando energía, así como no saber por dónde empezar a resolver el problema. Puede que estés pagando costos ocultos en tu factura energética o que observes señales de ineficiencia en tu maquinaria.

Pero, ¿por dónde empezar?

No necesitas equipos costosos ni un equipo de consultores para comenzar. Puedes realizar una auditoría básica de desperdicio de energía en tu propia planta hoy mismo, con una carpeta y un poco de trabajo de investigación. El objetivo es descubrir posibles problemas y reunir las primeras pistas que te ayuden a priorizar los siguientes pasos.

Aquí tienes una guía simple en tres pasos para llevar a cabo tu propia auditoría de desperdicio de energía.

Table of contents

    Paso 1: Examina tu factura de energía en busca de pistas

    Tu factura mensual de electricidad es una mina de información. Antes de hacer cualquier otra cosa, toma las facturas de los últimos tres meses y ponte el sombrero de detective.

    • Busca penalizaciones: Revisa las partidas en busca de términos como “penalización por factor de potencia”, “energía reactiva”, “kVAR” o “cargos por demanda”. Si encuentras alguno de estos, tienes un problema documentado y concreto que te está costando dinero cada mes.
    • Compara el consumo: Compara tu consumo total de energía de un mes a otro. Fíjate en picos inexplicables que no correspondan a cambios en la producción. Un consumo inusualmente alto puede ser señal de ineficiencia.
    • Revisa la demanda máxima: Identifica tus horas de mayor demanda. Si tu factor de potencia es bajo, estos períodos de máxima demanda suelen ser más altos de lo necesario, lo que genera costos adicionales.

    Paso 2: Inspecciona visualmente los equipos clave

    A continuación, recorre tu planta y busca síntomas físicos de desperdicio energético. Concéntrate en los equipos con motores eléctricos grandes, como compresores de aire, sistemas HVAC y maquinaria pesada.

    • Escucha el “zumbido”: Un zumbido inusualmente fuerte en tus motores o transformadores puede indicar un exceso de flujo de corriente, un signo clásico de un mal factor de potencia.
    • Detecta sobrecalentamientos: Toca con cuidado las carcasas de los transformadores y motores. Deberían estar calientes, pero si están excesivamente calientes al tacto, es una señal de alerta de que están trabajando más de lo necesario.
    • Observa el rendimiento reducido: Habla con tus operarios. ¿Funcionan algunas máquinas más despacio, presentan más averías o necesitan mantenimiento frecuente? Todos estos son síntomas que pueden estar relacionados con una mala calidad de energía.

    Paso 3: El siguiente paso – medir con precisión tu factor de potencia

    Tu auditoría te ha dado pistas valiosas, pero para resolver realmente el problema, debes ir más allá de las suposiciones. Necesitas datos concretos. La única manera de comprender y mejorar tu factor de potencia es medirlo de manera continua.

    Tradicionalmente, esto requería soluciones costosas, complejas y que consumen mucho tiempo:

    • Contratar a un consultor caro para una evaluación puntual.
    • Invertir en sistemas de monitoreo fijos y cableados que requieren una instalación compleja y una configuración extensa.

    Ambas opciones han estado fuera del alcance de muchas pymes, lo que convierte el monitoreo continuo del factor de potencia en un privilegio, no en un estándar.

    Pero, ¿y si existiera una forma más sencilla? ¿Más inteligente? ¿Una manera más simple de obtener los datos que necesitas para tomar el control?

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